El gurú financiero Robert Kiyosaki introduce en sus libros de la Serie “Padre Rico” el concepto de Inteligencia Financiera. Esto es, la capacidad de gestionar eficientemente nuestra propia riqueza. La máxima expresión de esa inteligencia es lo que él llama la Libertad Financiera, y esto se consigue cuando hemos sido capaces de poner nuestros recursos financieros a trabajar por nosotros, mientras nos ocupamos de lo que realmente es importante en nuestras vidas.
Estos conceptos retan la mentalidad que aún prevalece orientada a la Seguridad Laboral, concepto que nació en la era industrial y que está caducando ahora en la era de la información, en donde lo más constante que hay es el cambio.
En los tiempos actuales no se puede hablar de estabilidad laboral ni de contrataciones fijas de por vida, y contar con la seguridad social y los planes de pensiones significa saber que tendrás que reducir tu calidad de vida en tus años dorados. Esto no resulta ya tan inteligente.
La Inteligencia Financiera está asociada al concepto de Inteligencia Emocional en el sentido de la capacidad de asumir riesgos. Parece claro que las personas que no gestionan eficientemente sus emociones están más orientadas a la seguridad. Esto dificulta dos capacidades importantes en el desarrollo de la Inteligencia Financiera, que son el emprendimiento y la inversión. La primera está relacionada con la capacidad de multiplicar nuestra productividad valiéndonos del trabajo, el tiempo y el dinero de otros, y la segunda tiene que ver con la posibilidad de hacer que nuestro dinero se reproduzca por sí mismo (con el cobro de regalías, derechos de autor, patentes, inversiones en bolsa, en moneda extranjera o en bienes inmuebles, entre otros).
¿Significa esto que todos tenemos que hacernos empresarios? ¡Por supuesto que no! Pero si es necesario que nos permitamos expandir nuestra noción de abundancia y prosperidad y que consideremos opciones más allá del salario normal. Después de todo, tu propia vida es tu principal negocio.
Actualmente hay muchas opciones de negocio e inversión que te permitirán desarrollar tu inteligencia financiera disminuyendo el riesgo. Una de las que recomienda Kiyosaki son los sistemas de Marketing Directo o Marketing Multinivel (MLM, por sus siglas en inglés).
El MLM es un formato de negocio que comparte el gasto de marketing con sus representantes, suprimiendo los gastos de marketing tradicional y los gastos de distribución. Los productos normales tienen un coste que se ve incrementado por los distintos eslabones de la cadena de distribución y por la publicidad, estos gastos los paga el consumidor final en el PVP.
En los negocios de MLM los representantes hacen el marketing de forma directa (boca a boca) y también distribuyen a sus clientes. Así que se trata de recomendar un producto en el que confías y hacerlo llegar a las personas a quienes les interesa. Otras personas se interesarán en representar los productos y esto beneficiará a quién les dió a conocer el negocio. Todos se benefician con el trabajo que hacen las personas a las que has introducido en el negocio, formando un equipo jerárquico. Estos equipos se convierten en pequeñas Escuelas de Negocios en las que personas con habilidades empresariales están dispuestas a compartir su sabiduría y entrenar a otras para hacer exitoso su propio negocio. Por eso se llama MultiNivel.
Tal vez pienses que es pesado convertirse en el representante de una empresa en tu vida cotidiana, pero ¿Cuántas veces has recomendado un producto o servicio sin recibir nada a cambio?.
domingo, 30 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)