viernes, 28 de noviembre de 2008

Vida, ritmos y ciclos

¿Por qué no nos preocupa la noche? ¿Por qué no nos preocupa el invierno? Una de las respuestas es evidente: porque sabemos que habrá un amanecer, porque sabemos que habrá una primavera. Pero también hay otra respuesta; y es que estamos preparados para afrontar estos momentos de recogimiento de la naturaleza. No es lo mismo la noche y el invierno para nosotros actualmente que lo que fue para las personas hace 100 años. Ahora tenemos luz eléctrica, calefacciones y buenos refugios; que nos dan comodidad, resguardo y facilidades para no detener nuestras vidas en esos momentos.

Si observamos la naturaleza podremos identificar muchos ciclos; empezando por los ya nombrados relacionados con la rotación y traslación de la tierra; además observamos los ciclos lunares que producen las mareas, entre otros menos evidentes.

Si observamos conscientemente nuestras vidas también podremos identificar esa ciclicidad. Trata de recordar ahora mismo tu último momento de plenitud.

Cuando nacemos se inicia un ciclo que sabemos donde termina y no sabemos qué comienza después de eso. Este ciclo que llamamos vida contiene ritmos que podemos reconocer en las palabras de Miyamoto Musashi en su libro de los 5 anillos:

“En la vida profesional de un guerrero existen ritmos para ascender de rango y ritmos para descender, ritmos de satisfacción y ritmos de frustración.

En el campo del comercio existen ritmos para hacerse rico y ritmos para perder la propia fortuna.

La armonía y la falta de armonía en el ritmo se presenta en todas las formas de vida. Es imperativo distinguir cuidadosamente entre los ritmos de floración y los ritmos de decadencia en cada cosa específica…”.

Incluso cuando observamos una molécula de ADN nos sugiere que estamos “conformados” por subidas y bajadas.

Como nos pasa con el día y la noche y las estaciones del año, lo importante es aceptar estos ritmos y prepararnos para cuando lleguen, siempre con la esperanza de que habrá un amanecer, una primavera que veremos con gozo y agradecimiento.

Si ahora somos conscientes de la existencia de esos ritmos en nuestras vidas ¿para que temer una crisis personal o mundial? Si sabemos que saldremos de ella y será hermoso.